quiero que un montón de cosas dejen de importarme, porque nada bueno aportan a mi vida...
quiero dejar de sentirme reprimida, con un grito en mi pecho que no encuentra salida...
quiero llorar y llorar y llorar... y sentirme liberada de no sé qué...
quiero no seguir buscando razones para sentirme bien... si ya tengo todo lo que siempre he querido...
quiero dejar de sentirme cansada...
quiero que el día me baste con las 24 horas, es más, que queden horas sobrando y de las cuales pueda reírme de ellas porque no las necesito...
quiero dejar de sentirme útil para otros, sólo que me quieran por que "soy yo"...
No quiero sonar desagradecida, por el contrario, trato de agradecer a Dios frecuentemente de todas las bendiciones que me ha dado... pero ¿porqué siento un vacío?...
Hace mucho que no escribía para desahogarme... lo hago sólo por eso, para botar un poco todo lo que ronda en mi cabeza y dejarla tranquila, descansar...
Mejor pienso en que mi Josefa está sanita, luego de esa bacteria anónima (porque nunca supimos cuál fue) invadiera su cuerpecito y la tuviera 4 días en la clínica; que mi Mateo está feliz porque hoy fué al colegio para ser aceptado e hizo tareas (esas que siempre soñó hacer, como las de su hermano); que mi Eduardo está grande y que debo aprovechar de darle muchos besos y abrazos antes de que se avergüence por la edad.
1 comentario:
Mi querida Claudia, siento que estés pasando esa racha de tristeza "injustificable". Las mujeres somos complicadas, tanto que a veces no nos entendemos ni a nosotras mismas. No te sientas mal por ello. Símplemente déjala pasar y confía en que volverá el tiempo de sentir alegría por todo en tu corazón como antes.
Te mando un abrazo muy fuerte, amiga
Marifé
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