Existe una historia sobre una mujer que decide encontrar a Dios. Ella se deshace de todas sus posesiones mundanas, vuela a la India, escala la montaña más alta que puede encontrar, y se sienta a orar y meditar. Ella llama a Dios "¡¿Dónde te encuentras?!" Y Dios le responde: "Estoy aquí abajo con la gente".
No tenemos que hacer votos de pobreza y vivir en un "Ashram" para conectarnos con nuestro Creador. Sólo necesitamos conectarnos con la gente para hacer esa conexión divina.
Hoy, dedícate a algunas personas. Encuentra en tu corazón la forma de hacerlas sentir mejor, cubrir sus necesidades, motivarlas para que se involucren más en sus vidas. Ahí está Dios!!!.
Hay una experiencia extrema en la vida que todos estamos buscando, un estado de fluidez en donde todas las cosas simplemente tienen sentido y se perciben correctas. Alcanzamos este estado al pensar en los demás primero y al crear una apertura para que la Luz sin fin, la fuente de todo lo bueno, entre.
Pero cuando sólo pensamos en nosotros mismos, ponemos un final a este fluir.
Hoy escribe una lista de cinco personas que te importen. Ponla en tu bolsillo, pégala a tu computador, ponla en el refrigerador, tenla cerca. Cada vez que te descubras a ti mismo obsesionándote acerca de ti mismo, mira la lista, y piensa en esas personas. "Envíales energía", lo que quiere decir, imagínalos rodeados de Luz, recibiendo la salud y la sabiduría que se merecen. Considera esto tu conexión con la Luz infinita. Ahí está Dios!!!!
3 comentarios:
Muy bonita tu reflexión, Claudia. Yo siempre digo que Dios está en el corazón y la conciencia de cada uno de nosotros.
Un abrazo
Sí, tienes razón, yo creo en Dios, pero no voy a misa ni me gustan los curas. Creo que la Iglesia Católica ha cometido demasiados errores como para seguirla.
Lo importante es llevar a Dios en el corazón y tener comunicación "directa", nada de intermediarios.
Besos
No importan los errores que hayan cometido la gente en las iglesias, Dios sigue con nosotros, lo ves en el rostro cansado de un viejo, en la risa de un niño, en la placidez de un bebé cuando duerme, en la madre angustiada en las noches por sus hijos, Dios está con nosotros.
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