Lo extrañamos muchísimo y aunque no es su primer campamento,y sé que tampoco será el último, supongo que siempre será igual, que siempre lo extrañaremos, ya que como dice Mateo "falta un integrante de la familia Mackay-Ortiz", jajjaja.
Yo tengo confianza en él, en que todo lo que le enseñamos lo pone en práctica y se vuelve muy responsable (aunque cueste creerlo). Lo que me preocupaba era que lo picara una abeja y volviese a presentar un cuadro de shock anafiláctico, porque aunque llevase su inyección de adrenalina no me gustaba la idea de que pasara por esa situación alejado de nosotros.
Pero bueno, no pasó nada malo, lo pasó genial, ya nos puso al tanto de algunas de las aventuras que vivieron. Aventuras, experiencias y aprendizajes que lo acompañarán por siempre.
